Muchos hombres ya no ocultan su preferencia por las carteras, sólo que se resisten a llamarlas así y prefieren el más neutral y menos femenino "morral".
Según la socióloga de la moda Susana Saulquin, "Los attachés, portafolios y todos sus primos hermanos de manija corta entraron en crisis porque remiten a una imagen del pasado que no tiene correlato en el presente".
"Antes el maletín era sinónimo del hombre que salía a trabajar. Ahora esa imagen cayó en desuso porque la cultura del trabajo ha caído. La identidad formada a partir del trabajo y de la profesión ya no es tal. Hoy estamos en una sociedad del espectáculo y la creatividad y en este contexto el attaché o el maletín quedan totalmente démodé", opinó.
De hecho, el traje dejó de usarse en muchos ámbitos como vestimenta de trabajo. Por eso, para hablar del renacimiento del morral hay que aludir a la muerte o, por lo menos, a la agonía del ambo. "Attaché y traje es un matrimonio disuelto. Hoy la pareja perfecta es un saco y camisa sport, jeans y zapatos informales. En este contexto, el morral es el accesorio perfecto", completó Saulquin.
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