Este accesorio característico del ámbito laboral se usa cada vez menos; los abogados son casi los únicos que se resisten a dejarlas.
El complemento o accesorio por excelencia, que acompañó a los hombres durante buena parte del siglo XX, empezó a desaparecer del vestuario cotidiano porteño. También en otras capitales del mundo, donde el debate sobre el uso o no de la corbata está en pleno desarrollo con pronósticos apocalípticos. Salvo en algunos ambientes, entre abogados y escribanos o políticos, el microcentro porteño luce menos corbatas que diez años atrás. O peor aún: quedaron relegadas a posiciones más bajas de las empresas donde todavía se las considera un detalle de distinción o de esperanzada prosperidad.
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http://www.lanacion.com.ar/1416869-las-corbatas-en-crisis-global
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